viernes, 1 de junio de 2007

El intérprete y la importancia de su labor


Los traductores oficiales del juicio descalificaron el miércoles la traducción que los péritos italianos habían hecho de las conversaciones mantenidas por Rabel Osman, Mohamed "el Egipcio"y que eran la base para su acusación como uno de los autores intelectuales de los antentados del 11-M.

Al parecer, el abogado defensor de “el Egipcio", Endika Zulueta, consiguió que los traductores oficiales del juicio aseguraran que la traducción de las conversaciones de Osman, realizada por las autoridades italianas, contenía vocablos y frases enteras que no se correspondían de manera parcial o total con lo que ellos habían oído en las grabaciones originales. También afirmaron los traductores que en las escuchas había "omisiones, adiciones, palabras mal interpretadas, sustituciones de contextos y contrasentidos", algo que les ayudó a sentenciar que las traducciones que se llevaron a cabo en Italia no reflejaban fielmente el contenido de las cintas grabadas. De esta forma, de creer a los intérpretes oficiales del juicio frente a sus homólogos italianos, la imputación de "el Egipcio" como autor intelectual de los atentados quedaba muy en entredicho. El acusado podría haber sido absuelto y quedar en libertad, lo que provocó momentos de tensión y una pequeña revolución en la sala entre los asistentes al juicio.
Aún y así, la inquietud en la sala sólo duró unos instantes debido a que la nueva transcripción de la grabación entre "el Egipcio" y su discípulo Yahia , que tuvo lugar en Milán en mayo del 2004, inculpaba claramente al primero.

En este caso, la figura del intérprete -que no traductor- sale dañada puesto que deja “guiarse” por las indicaciones de un astuto abogado defensor y así convertirse en una figura aún más clave si cabe en el acontecimiento.
El trabajo de intérprete es duro, muy duro; requiere un dominio total de la lengua a la que se traduce mentalmente para acabar ofreciendo una interpretación correcta. La figura del “traductor” - en este caso llamado así de manera errónea puesto que el traductor busca una equivalencia entre idiomas mediante una traducción escrita y el intérprete hace lo propio pero de forma inmediata y mediante una estructuralización mental más potente – se halla desprestigiada. Existe el pensamiento equivocado que se basa en creer que cualquier persona con unos conocimientos suficientes sobre un idioma o idiomas puede ejercer de traductor y/o intérprete. Esto en el mundo laboral se “traduce” con dar prioridad a una secretaria con un conocimiento de la lengua básico para tenerse que ahorrar los servicios de un traductor o intérprete profesional.
Es un trabajo que, además, cuenta con el handicap del poco valor que se le atribuye en algunos casos. Muestra de ello, y a modo de ejemplo, se encuentran las famosas ruedas de prensa post partidos en las que el intérprete hace la interpretación simultánea o consecutiva – en la que se deja hablar al entrenador unos 3, 4 minutos para luego hacer la interpretación de lo dicho durante ese tiempo. Las veces en que el entrenador ha “cortado” el trabajo del intérprete o le ha recriminado su interpretación sin tener ni más mínima idea del tema son considerables. Por no hablar de los plantones y dejar que el intérprete vaya traduciendo mientras que el entrenador se va de la sala sin despedirse ni mostrar el más mínimo respeto a su empleado.

Los términos “traducción” e “interpretación” deberían empezar a ser distinguidos entre sí, de la misma manera que tendría que darse más importancia a un trabajo que conlleva una responsabilidad tan alta y que se antoja básica para se pueda llevar a cabo cualquier tipo de acontecimiento en el que se utilicen diferentes idiomas.

2 comentarios:

Guillermo dijo...

Termina la carrera, que te den el título y demuestra lo que vales!!! Ese fidi, imponte!!

Oliver F. Domínguez dijo...

claro q si, los traductores son vitales ene sta torre de babel